Este es un blog personal acerca de crianza. De cómo me ha funcionado observar, conocer y entender las necesidades y actitudes de mi hijo, sin depender de un psicólogo. En este blog quiero demostrar que depende de nosotros tomar el control. De tomarnos el tiempo de escucharlos y de observar qué acciones influyen en su conducta.

!Estás embarazada!; ¿Felicidades?

Recibir la noticia de estar embarazadas no tiene porqué ser siempre sinónimo de felicidad. Muchas veces puede significar miedo, dudas, sorpresa, ansiedad y otras emociones más que dependerán de las circunstancias en las que nos encontremos.


Sin embargo, la sociedad se ha encargado de decirnos qué y cómo debemos sentirnos al respecto y esto nos genera culpa.. 
Es que un hijo es siempre una bendición (que trae responsabilidad, demanda y gastos), siempre llega con un pan bajo el brazo (pero nunca con un manual), un niño siempre trae alegría al hogar (acompañado de desorden, llantos y gritos) y entre otras frases sueltas que te dicen hasta los que ya son padres.

Aunque toda la parte positiva sea cierta, también existe el otro lado demandante y desgastante de ser madres. Así que los miedos, dudas y penas son también bienvenidos y totalmente comprensibles en un embarazo y todo lo que dure la maternidad (forevar and evar)
Es que ¡Vamos! Hay una persona que se está gestando dentro de ti y su bienestar depende totalmente de lo que hagas (incluso una vez que haya nacido, seguirá dependiendo de ti). La preocupación, dudas y miedos van a estar siempre al acecho.

No hay porqué sentirse culpable si al recibir la noticia no te sientes plenamente feliz, más aún si ser mamá no estaba en tus planes. O quizá te preocupa lo laboral. No quieres dejar, ni despreocupar tu trabajo y está bien. No eres egoísta por sentirte así. Lo más probable es que con tiempo y reorganización, obtengas el control de tu vida y de tu maternidad (aunque te cueste la cordura).

La preocupación y las dudas durante el embarazo son más comunes de lo que se cree. Es que la sociedad no solo te presiona a sentir felicidad y ser una madre amorosa y amnegada por tus hijos (estrés mental), sino que encima alimenta más tus miedos y preocupaciones con toda una maleta llena de mitos y luego allí estás tú bautizándolos para que no se los lleven los duendes, llenándolos de huayruros, preguntando si están menstruando antes de que los carguen - no se vaya a poner a pujar el bebé - te dicen. 

Que si comes hielo, nace asmático. Si comes ají, nace con el poto rojo. Si no te abrigas, será alérgico. Que si no cumples tu antojo, nacerá con labio leporino, etc. Una sarta de ideas por más descabelladas que alteran tu paz.

Pero, ojo, esta es la era de la información y no hay cosa más fácil que coger el celular y googlear. Hay un sinfín de páginas de expertos (wikipedia no cuenta) que pueden darte un poquito de tranquilidad. También está tu obstetra (lo ideal es que consultes siempre con tu obstetra),  tu prima que ya tiene 3 hijos, tu hermana, tu amiga y - ¿por qué no? - también tienes a tu mamá (no puedo creer que lo dije). Pero siéntete en libertad de preguntar y consultar.

Y si aún así no superas la noticia, no te sientas mal. Seguro que tienes las razones suficientes para no hacerlo. Pero si has decidido continuar con tu embarazo, confía en que con el tiempo, cada vez lo harás mejor. 
Apóyate también en tu pareja (si la tienes), recuerda que la aventura es de dos y ambos pueden estar pasando por lo mismo. Así que, sería mejor que sufran y disfruten juntos.

En el camino encontrarás otras y nuevas sorpresas que no evitarás te saquen una sonrisa. Pero morir de felicidad desde el inicio no es la única opción. Los momentos felices llegarán, sin presiones.





















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